Conducir bajo condiciones climáticas adversas presenta desafíos que requieren habilidad y precaución adicionales. La lluvia, nieve y hielo no solo alteran las características del asfalto, sino que también afectan la visibilidad y la maniobrabilidad del vehículo. Ante este panorama, es esencial conocer los peligros asociados con cada condición y cómo adaptarse para garantizar un viaje seguro.
Ante condiciones climáticas adversas, evalúa si es realmente necesario desplazarte en vehículo. Si decides conducir, garantiza que el vehículo esté en óptimas condiciones.
Las primeras gotas de lluvia hacen el asfalto resbaladizo debido a la mezcla con polvo y aceite.
Una carretera mojada aumenta el peligro de derrapes, especialmente con neumáticos desgastados.
La lluvia disminuye la adherencia de los neumáticos y la visibilidad.
Fenómeno donde la lluvia forma una película entre el neumático y el asfalto, reduciendo la adherencia.
La nieve fresca puede hacer el pavimento resbaladizo.
La visibilidad se reduce con la caída de nieve.
El hielo transforma el pavimento en una superficie muy resbaladiza, lo que exige máxima precaución.
no cambiar de pista
ancho máximo permitido
no virar en u
incorporación de tránsito
retorno salida a desnivel
dirección obligada
altura máxima permitida
prevención de ceda el paso